En la zona norte del Gran Chaco se instalaron cinco culturas o familias lingüísticas: "guaycurú", "mataco-macá", tupí-guaraní, arahuac y lule-vilela. A la cultura Guaycurú pertenecen los qom'lek (tobas), pilagás, mocovíes y los abipones. Se distinguieron por sus habilidades guerreras y a la llegada de los españoles incorporaron el caballo y resistieron la colonización. Los españoles les llamaban "frentones" (especialmente a los q'om-leek) porque se depilaban la frente-esto es debido a la marcha a la guerra, y la palabra toba tiene más que ver con la cara grande, en forma despectiva, pero esto era debido a lo ya mensionado, que parecían frentones). Ocupaban el territorio oriental y sur de la región chaqueña. La cultura Mataco-Macá la integran los wichís ("matacos"), chulupíes y chorotes; se ubicaron en la zona occidental del Chaco. Pertenecientes a la cultura Tupí-Guaraní son los chiriguanos, que se instalaron en el oeste de la región. En la misma zona se asentaron los chané, de la cultura Arahuac. Al noroeste del Chaco se ubicaron los vilelas (lule-vilela).
Muchas de estas culturas guardan aún memoria del gran cataclismo que produjo la caída de una lluvia de meteoritos gigantes en el Siglo XVIII a. C. en la zona conocida como Campo del Cielo (trad. del qom'lek (toba) Piguen nonraltá o Pinguen N'onaxa).
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